miércoles, 9 de octubre de 2013

16 de marzo

Una de todas las hojas de un parral, iluminada por una línea de sol que descubre las manchas amarillas que empiezan; lo verde, lo marrón.
Una lámpara era esa hoja en el follaje opaco hace cinco, diez minutos. Ahora que vuelvo a pasar ya no está. Si volviera mañana a la hora exacta tampoco la encontraría (es la belleza).
La luz crea las cosas, transforma la materia hasta hacerla transparente o espejo o fundirla en la oscuridad.
Esa hoja estuvo ahí, en esa exacta disposición iluminada, uno/ dos minutos para mis ojos, ese día esa siesta. No se acaba. Permanece.

El silencio perfecciona la luz.

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