del rosa luminoso al rojo
no los vimos pasar
sobre nuestras cabezas
por el cielo oscurecido
no son el alboroto
de las gaviotas o los
teros
cruzan de un agua
a otra agua rozan
apenas nuestro sueño
el cuadro
de una posibilidad
bajo los párpados
despertamos con la rara
memoria
de una revelación
cuántas veces atravesamos
el tiempo
envuelto un cuerpo
en otro cuerpo
dormido
lejano sobre el mar
como los flamencos
sin reconocernos
en el aire
cargado de sombras
visitas inesperadas
que hablan idiomas
extranjeros
descifrarlos es trabajo
de los deseos enumeración
de lo perdido
fuimos hasta la playa
todavía no era
primavera
no recuerdo de qué
conversábamos
cuando las vi
plumas rosas en la arena
señales de lo que
quedaba atrás
húmedas abiertas un resto
de la desplegada vibración
de la belleza
su paso después del sol
hacia el interior
del paisaje
devorada por la luz
al irse
una laguna florecida
en el sueño enciclopedia
sal donde van a buscar
crustáceos y algas
en el barro
y del barro extraen
el rosa luminoso casi rojo
la tarde cerró su corola
sobre esas plumas
el medio mundo donde
éramos
el centro silencioso
el ojo de la clarividencia
entornado
caminé hasta la orilla
a lavar en el yodo
el pie herido
los huesos helados
dispuestos
en el agua somera
una zancuda
flama árbol
del otoño
rojizo
se iba en el movimiento
de las olas mansas
asimétricas
no levantaste la cabeza
volví con la flor
de un erizo
frágil
en la mano
un mineral que todavía
respiraba
húmedo dibujado
mirá –
no lo dije
lo dejé sobre la arena
a secarse
junto a los restos rosa
luminoso al rojo
del cielo abandonados
como un atardecer
que venía
Hermoso poema, me emocionó. Sos una gran poeta!!!
ResponderEliminarGracias Miriam por tus palabras.
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